jueves, 20 de junio de 2024

 

BELGRANO, LA BANDERA Y SU SIGNIFICADO


POR GABRIEL CAMILLI para La Prensa,

19.06.2022 (resaltados propios)

Según el diccionario de la Real Academia Española, la bandera es una "tela de forma comúnmente rectangular, que se asegura por uno de sus lados a un asta o a una driza y se emplea como enseña o señal de una nación, una ciudad o una institución". O bien "Insignia de una unidad militar que lleva incluido un símbolo o distintivo que le es propio".­

Es un distintivo exterior que aglutina, reúne, uniforma y que representa la uniformidad interior y espiritual que une a un pueblo o nación, o a un ejército, para llegar a ser un solo sentimiento, un solo corazón, una sola voluntad y un solo frente ante al enemigo.­

Las banderas son pues, la manifestación de una comunión espiritual verdadera.­

El general Manuel Belgrano, entendía esto claramente y creó la bandera con significación trascendente. Porque conocía la naturaleza humana para conducir a sus hombres y mujeres a la lucha por la Patria.­

Los liderazgos (como el de Belgrano) se construyen y se apoyan en el uso de los símbolos, gestos y rituales, estratégicamente pensados, y en otros casos espontáneos. Los símbolos acompañan al líder a reforzar su identidad, condiciona a sus seguidores a identificarlo con algún elemento que lo hace particular, los símbolos son parte de la persona que construye su liderazgo; por otra parte, "los rituales son una serie de acciones basadas en las creencias del líder y el entorno, que gozan de valor psicológico y establecen vínculos, acuerdos y patrones de comportamiento entre el equipo; estos suelen ser más poderosos que la firma de un contrato, que el paso del tiempo y que la distancia geográfica" (Profesor A. Ojeda).­

La Bandera es un símbolo de esa realidad humana que Dios quiso para nosotros que es la Patria. Es un símbolo, y un símbolo que está por encima de cualquier otro símbolo. Con ello, afirmamos contundentemente, que la Patria está por encima de las divisiones de clases y de las divisiones de partidos y de cualquier otra división. Porque el Bien Común de la Patria está y tiene que estar por encima de todos los intereses particulares.­

Nuestra Bandera es el único símbolo que une a todos los argentinos en una empresa común. Y esa empresa común es la Patria.­

El Padre Alberto Ezcurra nos recuerda: "El símbolo es algo que hacen los hombres. Pero los hombres para hacerlo tienen en motivo, y después ese símbolo que ha sido elegido pudo a lo mejor ser de otro color, de otra forma, pero ese símbolo que ha sido elegido se une a la historia de una Patria. Y van pasando los siglos, los años, va pasando el tiempo y ya no se puede decir de ese símbolo que se puede cambiar, que es sólo un pedazo de trapo, que es algo que podría ser distinto. No. ¿Por qué? Porque cuando ese símbolo ha pasado a ser el distintivo de una Nación y de una historia, ese símbolo de alguna manera está siendo consagrado por los hombres. Por los hombres en el cual mirándolo se reconocen, por los hombres que han derramado su sangre para defender ese símbolo sabiendo que defendían a la Patria, por los hombres que han prestado por generaciones y generaciones el juramento, por los que han sentido un día en su corazón la emoción al ver la Bandera que se iza en la mañana en el patio de la escuela, o en el mástil del cuartel. El símbolo que une a todos los argentinos por encima de cualquier otra cosa, el símbolo decíamos, dependiendo de quienes han derramado su sangre, ya no es algo accidental, ya es algo importante, es algo que va unido de profunda a la historia de una patria".­


LAS RAICES MARIANAS DE LA BANDERA­

Nuestra bandera, si bien pudo haber sido de otra manera, o con otro diseño y color; sin embargo, es azul celeste y blanca. El General Manuel Belgrano quien decidió elegir ese símbolo, no lo hizo por casualidad. Lo hizo mirando las raíces más profundas de nuestra Patria y de nuestra Fe. Los colores de nuestra Bandera son los colores del manto de la Virgen. Y así nos lo señala la Historia.­

El Rey Carlos III consagra en 1761 España y las Indias a la Inmaculada y proclama a la Virgen como principal Patrona de sus reinos. Los colores de la Inmaculada en forma de cinta fue usada por los voluntarios que acompañaron a Pueyrredón en 1806 en la lucha contra los invasores ingleses y la llevaban anudada al cuello, como el pañuelo del criollo. Y habían elegido para esa cinta la medida de 38 centímetros que era el alto de la imagen de la Virgen de Luján. Y también, los mismos húsares de Pueyrredón, van a usar esta cinta en 1807 en la defensa de Buenos Aires contra los invasores ingleses. Pueyrredón y Azcuénaga usaban la cinta. Belgrano juró defender el dogma de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, Patrona de las Españas. Cuando en el año 1794 Belgrano es nombrado Secretario del Consulado , lo puso bajo la protección de Dios y eligió como Patrona a la Inmaculada Virgen María y colocó los colores azul y blanco en el escudo del Consulado que estaba en el frente del edificio.

Cuando emprende la marcha con sus tropas hacia el Paraguay para luchar por nuestra independencia, asiste a Misa con todo su ejército en Luján y pone al ejército bajo la protección de la Virgen. No es por tanto por casualidad que Belgrano elige el color azul y blanco para dárselo a nuestra Bandera. Según testimonia José Luis Gamboa, que era miembro del Cabildo de Luján junto con un hermano de Belgrano y que estaba allí cuando el General pasa con sus tropas, escribe: "Al darle Belgrano los colores azul y blanco a la Bandera de la Patria había querido, cediendo a los impulsos de su piedad, honrar a la Pura y Limpia Concepción de María de quien era ardiente devoto, por tener amparado en su Santuario de Luján''. Y el otro testimonio, que es el del Sargento Mayor Carlos Belgrano, hermano de Manuel, desde 1812 Comandante Militar de Luján y Presidente del Cabildo de Luján. Dice Carlos Belgrano: "Mi hermano tomó los colores de la Bandera del manto de la Inmaculada de Luján, de quien era ferviente devoto''.­


Por eso mismo, el Coronel Domingo French, jefe de los Gloriosos Arribeños del 3 de Infantería; pudo decir en su proclamación a las tropas de la Villa de Luján el 25 de septiembre de 1812: "Soldados, somos de ahora en adelante el Regimiento de la Virgen; jurando nuestra banderas os parecerá que besáis su manto. Al faltar a su palabra, Dios y la Virgen por la Patria se lo demanden".­


Así nació nuestra Bandera. Esos ardientes patriotas y grandes devotos de la Virgen, fueron los que fundaron esta Nación. Y eso es una realidad que nadie puede negar y que nosotros, no tenemos derecho a olvidar.­

MARCADA A FUEGO­

Nuestra Bandera está marcada a fuego con la sangre gloriosa de los gauchos de Güemes, de los Granaderos del Ejército de los Andes, con la de los Patricios de Saavedra, los Arribeños de Belgrano, con la de los muertos silenciosos en el cumplimiento del deber en todas las épocas de nuestra historia, con la que cayó en la turba malvinera, la sangre de los grandiosos "halcones" caídos desde el cielo, o aquella que yace bajo las olas de nuestro mar austral.­

Nuestra bandera es motivo de entusiasmo y alegría, fruto infaltable del amor a la Patria que nos une.­

Y esta bandera y esa sangre nos reclaman que ante todo hagamos las cosas bien, con honestidad, disciplina, firmeza y sacrificio, y a pesar de todo, con el corazón encendido por sabernos herederos de grandezas. Como las que realizaron hombres como el General Manuel Belgrano.

lunes, 17 de junio de 2024

 


GÜEMES, EL PRÓCER QUE MURIÓ EN COMBATE


Por Claudia Peiró

Infobae, 17 de junio de 2020

Biógrafo de José de San Martín y de Manuel Belgrano, el historiador Miguel Ángel de Marco decidió que la semblanza de los héroes de nuestra Independencia debía completarse con la vida de Martín Miguel de Güemes. Lo fundamentaba en estos términos: “Pocos fueron en nuestra historia los casos en que seres tan diferentes por su carácter, formación y hábitos conjugaron con tanta coherencia y decisión sus esfuerzos en pos de una causa superior como la de la independencia sudamericana. (...) Güemes merece, desde mi punto de vista, ser ubicado junto a los otros tres personajes fundamentales [N.de la R: San Martín, Belgrano y Pueyrredón] en el esfuerzo bélico de la independencia”

En efecto, en aquel año de 1816, el hecho de que Güemes, pese a sus diferencias con Buenos Aires, no cortara sus vínculos con las Provincias Unidas, del modo en que lo hizo Artigas, fue clave para que el Congreso de Tucumán pudiera realizarse y romper definitivamente las cadenas con España, paso decisivo hacia la creación de una Nación soberana.

En todo ese período, el accionar del gobernador de Salta al frente de sus legendarios gauchos constituyó una barrera defensiva vital para los patriotas, conteniendo a los españoles en la frontera norte, muy cerca de donde sesionaba el Congreso.

La historia

Martín Miguel de Güemes nació el 5 de febrero de 1785, en la ciudad de Salta, de padre español y madre criolla. Con apenas 14 años, en 1799, empezó la carrera militar enrolándose en la 6ª Compañía del Tercer Batallón del Regimiento Fijo con asiento en Salta.

Cuando en junio de 1806 se produce la primera invasión inglesa, el regimiento en el que Güemes servía como cadete es convocado para auxiliar a Buenos Aires. Llegó a ser ayudante de Santiago de Liniers quien en 1807 lo nombró teniente de su escolta de granaderos. Pero al año siguiente, la muerte de su padre, obligó a Güemes a regresar a Salta.

Adhirió a la Revolución desde sus inicios. Y en los primeros años se desempeñó en el Alto Perú en acciones destinadas a interceptar las comunicaciones enemigas. Por diferencias con Juan José Castelli, regresa nuevamente a Salta.

En 1811, le tocará proteger la retirada de Juan Martín de Pueyrredón, luego de la derrota de Huaqui. Tras un período en Buenos Aires y Montevideo –participa del sitio a esa ciudad hasta fines de 1813 y es ascendido a teniente coronel, vuelve a Salta y es entonces que inicia la formación de milicias gauchas en el marco de su plan defensivo de guerra de guerrillas, que lo hará pasar a la historia. Un idea sagaz, no siempre bien vista por Buenos Aires, más proclive al centralismo del mando. Pero el modelo de Güemes se adaptaba mejor a la realidad y a las necesidades del momento ya que permitía que cualquier poblador se alzara en armas y asumiera los costos del esfuerzo de guerra.

En 1814, con su ejército campesino, Güemes detiene el avance del general realista Ramírez de Orozco, que había ocupado Jujuy, y lo fuerza a retroceder al Alto Perú.

Por su condición de hijo de una familia acaudalada y de prosapia, a Güemes no le costó ser aceptado por la elite local como jefe y acceder a posiciones de poder. Y en 1815 es elegido gobernador de Salta.

Como general, creó el célebre Regimiento conocido como "Los Infernales", con el uniforme rojo que pasó a la historia y quedó asociado a su nombre. Los Infernales adquirieron pronto fama y fueron admirados incluso por el enemigo en virtud de su destreza como jinetes, su velocidad de ataque y su gran capacidad para la emboscada y la retirada.

Estos gauchos de Güemes rindieron su mejor servicio a la Patria cuando, a partir de 1815, derrotados ya los últimos intentos del Ejército del Norte de vencer a los realistas, y con una situación internacional muy desfavorable –Fernando VII había vuelto al trono y la derrota napoleónica le permitía concentrarse en recuperar sus dominios ultramarinos-, la guerra de guerrillas salteña impidió el avance realista, dio tiempo a las Provincias Unidas para declarar la Independencia y a José de San Martín para preparar y realizar la Campaña de los Andes.

Entre 1812 y 1821, la frontera norte sufrió nueve invasiones realistas. Las últimas seis fueron rechazadas por las milicias de Güemes. Cuando en 1816, se produce la muy temida invasión realista, las tropas españoles no podrán ir más allá de Jujuy.

El plan de San Martín era que, una vez que él iniciara el avance por mar hacia Lima, Güemes lanzara finalmente una ofensiva sobre el Alto Perú. En la organización de esa expedición ocupó el jefe salteño los últimos meses de su vida. El Directorio lo había reconocido como jefe del Ejército de Observación pero no había respondido a su solicitud de respaldo financiero y logístico.

Los primeros meses de 1821 fueron difíciles: enfrentado al gobernador de Tucumán, sufre además una rebelión interna en su propia provincia en reacción por la fuerte presión impositiva a que la había sometido para financiar la guerra, y el cabildo de Salta lo depone. Esto es aprovechado por los españoles que apoyarán a sus adversarios internos.

Güemes recupera el poder en mayo, pero los españoles sitian Salta y el gobernador es herido cuando atraviesa ese cerco.

Muere el 17 de junio de 1821, como consecuencia de esas heridas, en Cañada de la Horqueta, cuidado por sus gauchos. Está sepultado en la Catedral de Salta.

“A nada temo -decía-, porque he jurado defender la Independencia de América, y sellarla con mi sangre. Todos estamos dispuestos a morir primero, que sufrir por segunda vez una dominación odiosa, tiránica y execrable.”


sábado, 15 de junio de 2024


SE CONMEMORÓ EL DÍA DE LA "MÁXIMA RESISTENCIA EN MALVINAS"



 Puerto Belgrano - La Armada Argentina conmemoró hoy, frente al monumento “La Armada Argentina a sus Veteranos del Conflicto de Malvinas” emplazado en el predio del Parque Centenario de la Base Naval Puerto Belgrano (BNPB), el Día de la Máxima Resistencia, en homenaje a los Veteranos y caídos en Malvinas, por el “heroísmo, entrega y valentía demostrados en la defensa final de Puerto Argentino”. La fecha fue instituida por resolución del Ministerio de Defensa.

La ceremonia estuvo encabezada por el Comandante de la Flota de Mar, Contraalmirante Gustavo Fabián Lioi Pombo, quien estuvo acompañado por el jefe de la BNPB, Capitán de Navío Eduardo Adrián Mayol. Participaron Veteranos de Malvinas, autoridades militares y civiles de la zona e invitados especiales.

Las palabras alusivas estuvieron a cargo del Comandante del Batallón de Infantería de Marina N°2, Capitán de Fragata Ulises Basualdo, quien destacó el honor y valentía de los hombres que defendieron nuestra soberanía hasta el final. “El Día de la Máxima Resistencia es un tributo a quienes, en los momentos más críticos, se levantaron para defender nuestra Patria con espíritu indomable”, expresó.


También resaltó los “incontables hechos de entrega y sacrificio llevados a cabo durante los 74 días de conflicto” por el personal de las tres Fuerzas Armadas, y en particular los que tuvieron como protagonistas a los hombres de la Armada, como la recuperación de las islas, el hundimiento del destructor británico HMS “Sheffield”, el ataque al submarino ARA “Santa Fe” y al aviso ARA “Sobral”, y el hundimiento del crucero ARA “General Belgrano”, entre otros.

“Un firme testimonio de la resistencia coincidente con la fecha que hoy nos convoca es el llevado a cabo por los hombres del Batallón de Infantería de Marina N°5. Fue en el combate de Monte Tumbledown que se libró una de las confrontaciones más intensas y decisivas de la batalla final por Puerto Argentino. Ese terreno inhóspito, marcado por la dureza del clima y la geografía, fue testigo del coraje, heroísmo, entrega y tenacidad de los soldados argentinos”, relató el Capitán Basualdo.


“La cuarta sección de la Compañía de Tiradores “Nácar” del BIM5 ejemplifica estas cualidades en nuestros héroes de la Nación, al repeler con firmeza el ataque enemigo y solicitar fuego de artillería y morteros sobre su propia posición. Nuestros héroes han demostrado que la resistencia no es solo un acto de amor profundo por la Patria, sino también un compromiso inquebrantable con la lealtad hacia sus camaradas. Han evidenciado que su dedicación trasciende los intereses personales apuntando hacia un propósito superior que va más allá de ellos mismos”, agregó.

A los veteranos de guerra presentes en el acto, les dijo: “Son ustedes la expresión de los valores que honramos y nos inspiran a seguir adelante, cumpliendo con nuestro deber, con la misma consagración, valor y sacrificio de defender la Patria hasta perder la vida”.

La ceremonia concluyó con la Marcha de Malvinas y la Marcha de la Armada, ejecutadas por la Banda de Música de la BNPB.

(Fuente: sitio Argentina.gob.ar)

domingo, 2 de junio de 2024

 


ARGENTINA, 25 DE MAYO DE 2024 

Por Teresita Vexenat de Francisco (*)

 

Las fechas patrias en Argentina son significativas. Además de los actos escolares, institucionales y políticos a mí me gusta reflexionar y resignificar estos acontecimientos históricos que construyeron el país en el cual vivo y amo. Por supuesto que el 25 de mayo no ha pasado desapercibido. Córdoba, provincia donde nací y habito, iba a ser el escenario del “Pacto de Mayo” que no sucedió. Acorde a la tradición de años, el 25 comí locro y fui invitada a participar del proceso  de elaboración , en un capilla del barrio Las Violetas. Allí un grupo de compañeros del partido en el que milito (Encuentro Vecinal Córdoba), con la agrupación que los aglutina, La Brochero, están dando un servicio haciendo una escuelita de fútbol. Junto a la comunidad surgió la idea de hacer un locro para esta fecha tan importante y compartirlo con los niños y niñas de la escuelita, la catequesis y sus familias. No cualquiera cocina trescientas porciones de locro, por eso los que saben se hicieron cargo y el resto siguió las instrucciones para que todo saliera bien.


Llegó el momento de repartir y es allí donde me sorprendo con tristeza al ver los pequeños recipientes con los que buscaban el locro. Tuppers y compoteras pequeñas, muy pequeñas para llevar siete, cuatro, dos, porciones de locro. Alguna abuela, criada en otra época, le atinó al tamaño de la olla que tenía que llevar para las raciones que pedía. ¿Qué fue lo que pasó? ¿Nosotros dábamos mucho? ¿Cuándo cambió la percepción de lo que es una porción? En más de una oportunidad las personas del lugar que nos ayudaban nos decían: “póngale más agua para que alcance”. En nuestro país, parece que es costumbre y tradición que no alcance. Estirar la comida con agua para que nadie se quede sin su plato es práctica arraigada. Uno de los niños que fue a buscar dijo algo así como: “llevo esto a mi casa y vengo acá a comerme dos platos.” ¿Será que no le enseñaron a compartir y a pensar en el resto o es que sabe lo que es tener hambre? ¿Será que sabe lo que es la languidez que duele en el centro del estómago y quiere anticiparse a ello?


Seguramente los sociólogos ya se han preguntado cuánto demora una percepción social en cambiar, en este caso la percepción de cantidad de una porción. Animándome a responder esta pregunta, creo que sin exagerar hay por lo menos tres generaciones de familias para las cuales una porción es el tamaño de una mano cerrada en forma de puño. Su mano, no la mía, porque la mía probablemente sea más grande que la de una mujer de mi misma edad pero en otras condiciones socioeconómicas. Y no lo digo con aires de superioridad ni con la idea de conciencia de clase, que muchos embanderan tener y con  la cual adormecen su conciencia, pero que no le da de comer a nadie. Lo digo porque hoy el 60% de los niños, niñas y adolescentes están malnutridos, o en condiciones ambientales y sociales desfavorables. El tamaño de su mano en la adultez no será mucho más grande que el que tienen ahora, lamentablemente. La pobreza puede disminuir con la llegada de un aumento de la actividad económica porque se generan más puestos de trabajo. Pero la pobreza acompañada de la desnutrición ningún trampolín económico la va a desaparecer. Quien no come con los requerimientos nutricionales necesarios de acuerdo a su edad y desarrollo no podrá incluirse en la educación, en el trabajo, no gozará de plena salud.


Hace tiempo atrás escuché a un director técnico de fútbol decir que ya no salen más futbolistas de los potreros, de las canchitas de barrio. Los chicos no han dejado de jugar, a pesar de las distracciones tecnológicas, los chicos han dejado de comer y no resisten los entrenamientos. “Antes se era pobre, pero se comía”, solía decir mi abuela.  En otro estrato de la pirámide socioeconómica encontramos restaurantes y bares en los cuales la porción es igual de pequeña, solo que en un plato más lindo, adornado y a un precio exorbitante. Creo que eso también es pobreza.


A la Argentina de 2024 le hace falta un gran acuerdo nacional, como el de 1810 y un acuerdo federal como el de 1816. Un pacto donde se sienten las bases y los mínimos para sacar el país adelante, donde todo el arco político participe y que el resultado no sea botín de aquel que gana las elecciones.  Para esto hay que estar dispuestos   al diálogo, a trabajar en serio y no subastar el proyecto al mejor postor.  Como argentina experimento la sensación de que siempre me venden atada y pretenden que me coma el cuento de que “querer es poder”. La realidad me lo muestra a las cachetadas, quiero y deseo tantas cosas y no puedo. “ El pobre es pobre porque quiere”, te gritan en la cara. ¿Acaso si esta noche querés ser rico mañana tu cuenta bancaria aparece explotada de millones de dólares? La solución no es simple, por supuesto que requiere de un trabajo colectivo, donde cada uno ponga de su parte, los ciudadanos, las instituciones, las  ONGS pero también, los gobernantes, la estructura del estado. Nadie se salva solo, espero algún día lo entendamos.

Sueño y trabajo por un país como el que reza la oración por la patria:


“Queremos ser nación, una nación cuya identidad sea la pasión por la verdad y el compromiso por el bien común. Danos la valentía de la libertad de los hijos de Dios para amar a todos sin excluir a nadie, privilegiando a los pobres y perdonando a los que nos ofenden, aborreciendo el odio y construyendo la paz. Concédenos la sabiduría del diálogo y la alegría de la esperanza que no defrauda.”

 

 

Pd: Una porción de locro equivale a quinientos 

gramos.


(*) Licenciada en Ciencia Política