lunes, 22 de abril de 2024

 




No poner las manos encima de la patria


Por Aurelio García Elorrio (*)

LaVoz, 22/4/2024




No hay dudas de que Javier Milei puso las manos sobre la patria. Había otras formas de sanar a la Argentina, pero ni él ni sus socios de la “casta” estaban en condiciones de entenderlo.

En el balotaje del 19 de noviembre pasado, expresé públicamente, y está documentado, que aconsejaba no votar a los dos candidatos que quedaron. Expresé que no era lavarme las manos, sino “no ponerlas sobre la patria…”.

Me preocupaba de Javier Milei su personalidad agresiva, que era lo último que necesitaba nuestra patria para emprender un camino de concordia en busca de un proyecto de nación que nos comprenda a todos.

El mensaje “anticasta” se instaló con mucha fuerza, pero lo que no nos dijo Milei en su campaña era que la destrucción de la casta pasaba previamente por el esfuerzo brutal del pueblo.

Se alió con grandes exponentes de la “casta” (Mauricio Macri y Patricia Bullrich) e intenta poner en marcha un plan de ajuste operado por el riñón de Macri (Luis Caputo); y, con una política de shock, cerró la fábrica de inflación que era la impresión irresponsable de moneda, retrajo la masa monetaria, obligó a los tenedores de dólares a que salieran a cambiarlos para pagar compromisos con ahorros, bajó la cotización del dólar blue y puede mostrar esa mágica solución del déficit primario en el “mayor ajuste de la historia”, como él dice. No conforme con ello, acuerda con el kirchnerismo la composición de una Corte Suprema de Justicia benevolente con Cristina Kirchner.
Pero al mostrar lo anterior, no puede esconder que sus medidas le costaron a la Argentina, sólo en tres meses, 3,2 millones de nuevos pobres. Está claro: enfrenta primero al pueblo y, para ello, se alió a la “casta”.

No hay dudas de que puso las manos sobre la patria. Había otras formas de sanar a la Argentina, pero ni él ni sus socios de la “casta” estaban en condiciones de entenderlo.

Sólo la humildad y el servicio como norte, el diálogo franco, sumados al espíritu de concordia, pueden lograr un nuevo proyecto para una nación por construir, donde no quede nadie afuera, especialmente en nuestra patria, donde miles de niños son abortados cruelmente en virtud de disposiciones administrativas nacionales que permiten la venta en farmacias de los fármacos letales.
Lamentablemente, ese acuerdo nacional necesita de una preparación en la cultura del encuentro, casi imposible en la forma que el actual Presidente y sus variados socios de la casta se embisten para la tribuna, en una horrible búsqueda de votos, gracias al “rentismo de grieta”.

Pero no conforme con lo anterior, y como suele suceder con este tipo de personalidades, ahora pone de nuevo las manos sobre la patria al pretender que todos los argentinos entendamos su relacionamiento con el querido pueblo judío. Pero confunde al pueblo judío con las autoridades actuales y circunstanciales del Estado de Israel, que por fortuna no son lo mismo.
Si no, pregúntenles a los 25 mil civiles palestinos (miles de mujeres y niños) que, según la agencia específica de la ONU, fueron asesinados, y a los 62.681 palestinos civiles que fueron heridos en el intento de las autoridades circunstanciales del Estado de Israel para castigar a Hamas por sus horrorosos crímenes del 7 de octubre pasado.
Ahora bien, destruir a Hamas produciendo un brutal genocidio en Gaza, poniendo en riesgo a sus propios rehenes secuestrados, muchos de ellos argentinos, no tiene nombre ni perdón, como no tiene nombre ni perdón lo que pasó el 7 de octubre.

Si a raíz de esos complicados relacionamientos, que sólo pueden explicarse en el fuero íntimo del Presidente y no en una prudente lectura de la realidad, nuestra patria sufriera alguna nueva agresión extranjera, habrá un solo responsable. Y ese es Milei.

El artículo 219 del Código Penal se ocupa de estas situaciones, más cuando aún no se puso en marcha el Consejo de Defensa Nacional, previsto en el artículo 14 de la ley 23.554.

Lo hecho, hecho está. Ahora es nuestro Presidente. Si le va bien a él, nos irá bien a todos. Apoyar a un presidente constitucional no significa no expresarle sus errores, más cuando algunos son brutales. Esto es responsabilidad especial de quienes lo votaron. Son ellos, precisamente, quienes tienen el derecho y la obligación de requerirle las rectificaciones necesarias.

El “pacto de mayo” tiene que ser un pacto de libertad y dignidad del pueblo que vive en las provincias, pero nunca una sala de castigo donde los gobernadores entren al compás de los látigos. Si no se hace bien, jamás será un pacto para recordar: sólo será un acting más de esta devaluada dirigencia.

* Exlegislador provincial


domingo, 21 de abril de 2024

 


¿CUÁL ES LA SUPERFICIE DE NUESTRO PAÍS?

Fuente: https://surdelsur.com/

La República Argentina tiene una superficie de soberanía efectiva de 2.791.810 km2 que corresponde a la parte continental americana emergida. Sin embargo sumando las superficies de soberanía efectiva, las superficies reclamadas y la plataforma continental submarina, la superficie se eleva a aproximadamente 6.500.000 km2.

  • La superficie total de Argentina es de aproximadamente 6.500.000 km2,incluyendo la parte emergida y la plataforma continental submarina cuya ampliación fue reconocida el 11 de marzo de 2016 por la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC), en la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, CONVEMAR.(Océanos y Derecho del Mar Naciones Unidas) (Fuente: 1) www.casarosada.gov.ar – 2) COPLA: Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental Argentina )
  • La superficie total de la parte emergida de Argentina es de 3.761.274 km², de los cuales 2.791.810 km² corresponden al Continente Americano 969.464 km² de superficie en el Continente Antártico (incluyendo las islas Orcadas del Sur) y a las islas australes (Georgias del Sur y Sándwich del Sur).
  • El Mar Argentino tiene una superficie de 940.000 Km2 y cubre la plataforma continental americana hasta los 200 m de profundidad, desde el Río de la Plata hasta las Islas Malvinas inclusive.
  • La plataforma continental submarina es de 1.700.000 km2, nos referimos a la superficie comprendida entre las 200 millas marinas y el límite exterior.
Los invitamos a descargar y observar con atención este mapa. Conocer lo nuestro es el primer paso para defenderlo.


jueves, 14 de marzo de 2024

 

PRINCIPIOS NO NEGOCIABLES Y SU APLICACIÓN EN LA ARGENTINA

 Por Mario Meneghini

En memoria del P. José Cuesta sdb

 

El P. José insistía en la necesidad de conocer, difundir y aplicar la doctrina, por parte de los laicos católicos; en especial en nuestra época, de gran confusión. Como reflexionaba el Card. Quarrachino: en un mundo alejado de la verdad y con pocas vocaciones religiosas, la evangelización será laical no habrá evangelización.


Por eso nos interesa comentar brevemente el tema indicado; hay principios que debemos difundir y defender, sin aceptar negociarlos. Quien los expuso en 2002, fue el entonces Card. Ratzinger, siendo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en la nota doctrinal sobre la Política. En 2007, siendo ya Benedicto XVI, los resumió en la Exhortación Apostólica Sacramentum caritatis:


*el respeto y la defensa de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural;

*la familia fundada en el matrimonio entre hombre y mujer;

*la libertad de educación de los hijos

* y la promoción del bien común en todas sus formas".


La única manera de hacer efectivo este mandato, es participando activamente en la vida cívica, en base a dos premisas doctrinarias:

-la obligación moral del voto (Catecismo, 2240);

-y la obligación de respetar el régimen institucional vigente (Enc. Au milieu des solicitudes, Leon XIII, 1892) sin perjuicio de procurar su perfeccionamiento.


La insistencia actual en los principios no negociables es que nos sirven de guía para la selección de los gobernantes, puesto que dichos principios no se están respetando en la Argentina y afectan gravemente nuestras creencias.


1.Con respecto a la vida: desde la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, se han efectuado en sólo dos años, 170.000 abortos, financiados por el Estado (85 millones de dólares). Esto ocurre en una sociedad en que está descendiendo en forma alarmante el índice de fecundidad (promedio de hijos por mujer) que debe ser de 2,1 para que se mantenga la población; el índice actual es de 1,4.

Lo más grave es que, según reveló la Encuesta sobre creencias religiosas (Conycet, 2019), el 80 % de los católicos argentinos aceptan el derecho a abortar.

En el otro extremo de la vida, se proyecta aprobar la eutanasia, de modo formal, aunque ya se la practica con una interpretación flexible del concepto de muerte digna. En la ciudad de Córdoba, recientemente se quitó la alimentación e hidratación a un paciente por disposición del Superior Tribunal de Justicia (sic).


2. Respecto a la familia: disminuye la proporción de matrimonios (incluso por el Civil) y aumentan las separaciones. También se aprobó una ley de matrimonio igualitario.


3. Sobre la educación de los hijos: se ha incrementado la orientación contraria a la fe, especialmente con la ley de Educación sexual integral.


4. El bien común: -entendido como el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos ya cada uno de sus miembros, conseguir más plena y fácilmente su propia perfección- no caben dudas que no se está logrando. Baste mencionar el 57 % de pobres, que muestra la injusta distribución de los bienes.


Cómo evaluar el respeto a los principios no negociables


La posición con respecto a los tres primeros principios (vida-familia-educación) queda manifestada directamente en la Plataforma Electoral, en la propaganda, los discursos y los reportajes. Puede detectarse fácilmente, aunque requiere un mínimo de dedicación por parte de los ciudadanos.


En cambio, la posición respecto al Bien Común, siempre está ligada a la ideología o doctrina del candidato/partido; y se vincula a otros dos principios del orden social: solidaridad y subsidiariedad.


Quien profesa -expresa o tácitamente- el liberalismo tiende a descuidar o restringir la solidaridad, para acentuar los derechos individuales, en especial el de propiedad privada.


Quien promueve el colectivismo -como el marxismo o el fascismo- suprime o debilita la subsidiariedad.


Si recordamos la definición de bien común, puede determinarse –ya sea de los antecedentes o de los proyectos- si se proponen criterios que puedan lograrlo.  Puesto que ello no depende de la capacidad económica o poderío político del país respectivo, sino de la orientación del Estado en las políticas públicas.


Valga como prueba que el Índice de Desarrollo Humano de Naciones Unidas –que refleja en gran medida la calidad de vida de la población- muestra que los ocho países mejor ubicados, no son precisamente los más grandes y poderosos. En efecto, en orden decreciente, figuran: Suiza, Noruega, Islandia, Hong Kong, Australia, Dinamarca, Suecia, Irlanda. Recién en el 9º lugar figura Alemania, en el 18º Reino Unido, en el 20º Japón, y recién en el 21° Estados Unidos.


Como ciudadanos, nos debe interesar que nuestro país recupere el orden y la concordia social, que sólo pueden existir si se logra el bien común, que implica una convivencia armónica lograda con justicia y solidaridad.


El cristianismo siempre ha considerado a la política como una actividad noble, aunque no deben confundirse los planos y pretender con la política lograr la perfección de una sociedad; es imprescindible, sin embargo, para ayudar a reducir el mal y a acentuar el bien lo más posible.


En la última encíclica, Fratelli tutti (2020), el papa Francisco insiste: “Una vez más convoco a rehabilitar la política, que es una altísima vocación, es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común.” (180)

 

jueves, 7 de marzo de 2024

 COMENTARIO AL "PACTO DE MAYO"

Por Ricardo Condorí


Estamos protegiendo números, equilibrio fiscal y no el bienestar de la persona, es necesario volver a leer los documentos de la Doctrina Social de la Iglesia, es necesario hacer un relevamiento de como vivían la mayoría de los Argentinos en la época de esa Argentina que se refiere el presidente cuando habla "a fines de siglo XIX e inicio del XX", habria que repasar el informe Bialet Massé y entenderiamos mucho más... Hay que bajar un poco al dios dinero, hay que bajar un poco al dios hoja de cálculo.

 INVITACIÓN PARA BUENAS LECTURAS

El Ateneo Cívico San Martín invita a sus miembros y simpatizantes a leer el nuevo número de la Revista Virtual "ORDEN NATURAL" (hacer click aquí) publicación trimestral del Centro de Estudios Cívicos, fundado por Mario y Fabiela Meneghini y que se edita ininterrumpidamente desde 2018. 

Se trata de una revista de acceso libre y gratuito, con temas de candente actualidad en materia religiosa, política y filosófica, entre otras temáticas, cuyos artículos procuran contribuir a la difusión del pensamiento social católico y defender el interés nacional argentino.

En la edición de marzo encontraremos los siguientes artículos:

"IGLESIA Y MASONERÍA, SON PROFUNDAMENTE INCOMPATIBLES", por Federico Piana 

"EL ARMA SUICIDA DE OCCIDENTE: EL SECULARISMO" por Marcello Pera

"OPOSICIÓN Y RESISTENCIA: La gran batalla por la soberanía económica" Por Denes Martos

"MILEI Y LA JUSTICIA SOCIAL" Centro de Estudios Cívicos

"DROGAS: DE SER ZOMBIE A SER ALGUIEN" ¨Por Juan Alberto Yaría

FRANCIA, CUNA DE LA ILUSTRACIÓN: Primer país en incluir "¿derecho?" al aborto. 

Como ciudadanos y dirigentes tenemos que aprovechar estas oportunidades para formarnos en la recta doctrina y munirnos de las armas intelectuales que necesitamos para participar de la batalla cultural.












lunes, 4 de marzo de 2024

 

EL TESTAMENTO DE SAN MARTÍN

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Extracto del trabajo “El Testamento de José de San Martín” de Norberto Jorge Chiviló, publicado en la revista “El Restaurador” en el número de Marzo de 2014.


El testamento redactado por San Martín, cuando este contaba con 67 años, es un testamento ológrafo, y fue escrito al frente y al dorso en papel sellado (1) como se aprecia en el ángulo superior izquierdo (TIMBRE ROYAL) del mismo.

El testamento consta de 52 renglones, renglones, 29 al frente y 23 al dorso, incluidas las firmas.


Tiene un encabezamiento "presentación", siete cláusulas y un "artículo adicional". En el encabezamiento o presentación, San Martín se declara como persona creyente, al decir en la frase inicial: "En el Nombre de Dios todo Poderoso a quien conozco como Hacedor del Universo".


Acto seguido enuncia sus títulos y declara ser "Generalísimo de la Republica del Perú, y Fundador de su libertad, Capitán General de la de Chile, y Brigadier General de la Confederación Argentina". Destaco que declare ser "Brigadier General de la Confederación Argentina" y esto tiene importancia por el análisis que haré más adelante.


Por último y antes de establecer las cláusulas testamentarias, manifiesta cual es el motivo de la redacción del testamento cuando dice: "qe. visto el mal estado de mi salud, declaro por el presente Testamento lo siguiente". No obstante lo expresado, San Martín, sobrevivirá seis años y medio más a su testamento.



En la primera cláusula, instituye como universal heredera de todos sus bienes a su única hija Mercedes Tomasa ("dejo pr. mi absoluta Heredera de mis bienes, havidos y por haver a mi única Hija Mercedes de Sn. Martín actualmente casada con Mariano Balcarce"), a quien manda en la segunda, que abone una pensión anual de 1000 francos a su hermana María Elena -tía de Mercedes- y a la muerte de ésta una pensión anual de 250 francos a su hija Petronila -prima de Mercedes- y hasta su fallecimiento, confiando en que su hija Mercedes y sus herederos cumplirían esta su voluntad.


Recordamos que a la fecha de la confección del testamento, San Martín, era viudo ya que su esposa había fallecido muchos años antes y su única hija era su universal heredera. En la tercera cláusula, que desde el punto de vista histórico es la más importante, establece un legado con respecto a su sable (2) que lo acompañó durante toda la gesta libertadora, disponiendo que "le será entregado al General dela Republica Argentina Dn. Juan Manuel de Rosas", dando el motivo que lo impulsó a hacerlo: "como una prueba de la satisfacion, qe. como Argentino he tenido al ver la firmeza con qe. ha sostenido el honor de la Republica contra las injustas pretenciones de los Extranjeros qe. tratában de Umillarla". En la cuarta, prohíbe se le haga ningún tipo de funeral, ya que pide se lo conduzca directamente al cementerio sin ningún acompañamiento. La sencillez y la humildad del Libertador demostrada en innumerables actos durante toda su vida se ponen de manifiesto también en esta disposición de última voluntad, pero sí expresa su deseo: "que mi Corazón fuese Depositado en el de Buenos Ayres".


Asimismo en la cláusula siguiente declara no tener ningún tipo de deudas. En la sexta de carácter familiar, se refiere a su hija, nietas y yerno. Manifiesta que sus anhelos han sido siempre lograr el bien de su hija y que se ha visto correspondido por ella ya que lo ha hecho feliz en su vejez. La insta al cuidado y contracción hacia sus nietas "si es que asu vez quiere tener la misma feliz suerte qe. yo he tenido". Igual encargo hace a su yerno -Mariano Severo Balcarce-, destacando la honradez y su hombría de bien "lo que me me garantiza continuara haciendo la felicidad de mi Hija y Nietas".

Por último y antes de la firma y como habitualmente se hace en estos casos, declara nulo y sin ningún valor, todo otro testamento que hubiera redactado con anterioridad.


Después de firmado el documento, lo reabre con un "artículo adiccional" disponiendo "...que el Estandarte que el bravo Español Dn. Franco. Pizarro tremoló en la conquista del Perú sea devuelto a esta República...". (...)


La cláusula tercera, el legado del sable corvo.


Para un militar, en este caso San Martín, no hay elemento más importante que su espada, o en este caso el sable corvo libertador. Ese sable que el futuro Libertador de media América, adquirió en Londres en el año 1811, antes de embarcarse para América, que lo acompañó en toda su campaña militar (4), y que después ya exiliado, estuvo colgado en su habitación, tenía para el prócer un destinatario según manifestara en una carta escrita en 1835: "...mi sable corvo, que me ha servido en todas mis campañas de América, y servirá para un nietecito, si es que lo tengo", pero después vinieron los acontecimientos de la agresión francesa y entonces, no dudó y lo legó definitivamente a Juan Manuel de Rosas "...al ver la firmeza con qe. ha sostenido el honor de la Republica contra las injustas pretenciones de los Extranjeros qe. tratában de Umillarla". El legado está evidentemente ligado al conflicto bélico que la Confederación Argentina había tenido con Francia -segunda potencia mundial en aquél entonces- con motivo del primer bloqueo establecido por la flota al mando del almirante Louis Leblanc, en marzo de 1838. Francia, quería reverdecer sus alicaídos laureles y para ello nada mejor que encontrar un país "débil", como erróneamente consideró a la Confederación Argentina, que accediera a todas sus demandas.


Conocido por el Libertador -residente en Grand Bourg, Francia- el establecimiento de ese bloqueo en el Río de la Plata y la iniciación del conflicto, lo indignó y considerando que ello importaba una amenaza a la independencia de nuestro país, le mandó una carta a Rosas el 5 de agosto de 1838, poniéndose a disposición y ofreciéndole sus servicios, iniciándose así un interesante intercambio epistolar entre ambos personajes que se truncó con su muerte ocurrida el 17 de agosto de 1850.


El Restaurador, teniendo en cuenta seguramente la edad de San Martín, le contestará a ese ofrecimiento, que podría prestar mejores servicios encontrándose en Europa -oficiando como virtual diplomático de la Confederación-, como efectivamente los prestaría en el futuro. En la segunda carta que San Martín le remitió al Restaurador, fechada el 10 de junio de 1839, emitió un juicio categórico y lapidario, contra quienes -como los unitarios- se habían aliado al extranjero, expresando: "pero lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar su patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempo de la dominación española; una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer..." (El texto completo de estas cartas fueron reproducidas en revista El Restaurador N° 6).


La actitud valiente y enérgica del gobernante argentino, que no solo no se dejó amedrentar por la actitud de Francia, sino que hizo frente a la injusta agresión hacia nuestra joven Nación, pese a la desproporción de medios que existía a favor de los galos -quienes poseían medios ilimitados propios de una gran potencia- y que con mano firme también venció las conspiraciones internas que se le opusieron, como el caso del levantamiento de los hacendados del sur de la provincia - entre otras-, y la invasión del ejército auxiliar de los franceses al mando del general Juan Lavalle, de seguro conmovieron el corazón y los sentimientos patrióticos del Libertador de media América.

Un poco menos de tres años atrás de la redacción del testamento, había concluido con la firma del tratado Arana -Mackau el 29 de octubre de 1840 la guerra franco-argentina, que se había iniciado a fines de marzo del 38.



El honor nacional no solo no sufrió menoscabo por esa contienda, sino que salió fortalecido por la firma de ese tratado con cláusulas más que honrosas para la Confederación (ER N° 17), pues en realidad significó la capitulación de Francia frente a un pequeño país sudamericano. Rosas pasó así a ser conocido como el gran defensor de la independencia no solo argentina, sino americana. Fue el desarrollo de ese conflicto y de su conclusión en la forma honrosa y favorable a los intereses de nuestra Patria, lo que motivó a San Martín al establecer ese legado.


Pero también debemos decir que siempre fue admirador y apoyó el proceder político de Rosas, ya que éste fue el "brazo vigoroso" que la Patria necesitaba en aquellos momentos al parecer de San Martín, cuando la anarquía y el desorden parecía que iban a adueñarse del país (ER N° 11). Esa adhesión de San Martín a la política de Rosas, nunca decreció y siempre lo puso de manifiesto no solo en su correspondencia con el Restaurador -a quien colmó de elogios en varias oportunidades- sino también con otros personajes de la época como Tomás Guido y Bernardo O'Higgins.


También es de destacar que San Martín cuando en el encabezamiento del testamento, enuncia sus títulos y se declara con el grado militar de "Brigadier General de la Confederación Argentina", era porque se consideraba verdaderamente un soldado de la Confederación, con toda las implicancias que eso conllevaba y se identificaba plenamente con la Confederación de la cual Rosas era creador y principal figura inspiradora y motora.


Toda esa actuación patriótica del Restaurador lo decidieron a legarle su sable, como un merecido y mayor homenaje, que pudo hacer a un contemporáneo.


El escritor Ricardo Rojas, quien no es afecto a la figura de Rosas, en El Santo de la Espada reconoce que "San Martín lega, pues su sable no al gobernador de Buenos Aires, sino al gestor internacional de la Confederación que ha defendido la integridad del territorio patrio, o sea la independencia que San Martín fundara con aquel sable".


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Fuentes: Doallo, Beatriz Celina. "El exilio del Restaurador", Ediciones Fabro, Buenos Aires, 2012. Font Ezcurra, Ricardo. "San Martín y Rosas". Editorial Juan Manuel de Rosas, Bs. As., 1965. Gras, Mario Cesar. "Rosas y Urquiza. Sus relaciones después de Caseros". Bs. As., 1948. Gras, Mario Cesar. "San Martín y Rosas. Una amistad histórica" con Noticia preliminar de Ramón Doll, Bs. As., 1948. Ramallo, Jorge María. "El Sable de San Martín", Revista del Instituto de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas N° 20 del segundo semestre de 1959. Saldías, Adolfo. "Historia de la Confederación Argentina", Edit. Oriente, Bs. As., 1975. Sulé Tonelli, Jorge. "La coherencia política de San Martín", Ediciones Fabro, 2007. Villegas Basavilbaso, Benjamín. "Significación moral del testamento de San Martín", Revista del Instituto Juan Manuel de Rosas de Investigaciones Históricas N° 6 de diciembre de 1940.






miércoles, 7 de febrero de 2024

 MILEI Y LA JUSTICIA SOCIAL

 Por Mario Meneghini


En vísperas de la audiencia que brindará el Papa al presidente argentino, nos parece oportuno analizar el tema del título. Al margen de los agravios que el mandatario profirió contra el pontífice, queda claro que la entrevista sólo pretende ser un encuentro diplomático, sin que haya posibilidad de lograr coincidencias de fondo, entre dos personas públicas que poseen una cosmovisión diferente.


Uno de los conceptos en que difieren es de la justicia social. Javier Milei, aseguró ante los empresarios del Consejo de las Américas que el concepto de Justicia Social es "aberrante" y agregó: "Es robarle a alguien para darle a otro, un trato desigual frente a la ley, que además tiene consecuencias sobre el deterioro de los valores morales al punto tal que convierte a la sociedad en una sociedad de saqueadores". (1)


Francisco, por su parte, se basa en la doctrina social de la Iglesia, que considera a la justicia social un desarrollo de la justicia general, reguladora de las relaciones sociales según el criterio de la observancia de la ley, en un contexto en que la convivencia está seriamente amenazada por la tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de la utilidad y del tener. (2) En su última encíclica (3) sostiene: “El mercado solo no resuelve todo, aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal”.


En la concepción cristiana de la vida (4), la justicia social está ligada al bien común y al ejercicio de la autoridad. La sociedad asegura la justicia social cuando realiza las condiciones que permiten a las asociaciones y a cada uno conseguir lo que les es debido según su naturaleza y su vocación.


La justicia social sólo puede ser conseguida en el respeto de la dignidad trascendente del hombre. El respeto de la persona humana implica el de los derechos que se derivan de su dignidad de criatura. Estos derechos son anteriores a la sociedad y se imponen a ella. Fundan la legitimidad moral de toda autoridad: menospreciándolos o negándose a reconocerlos en su legislación positiva, una sociedad mina su propia legitimidad moral. Sin este respeto, una autoridad sólo puede apoyarse en la fuerza o en la violencia para obtener la obediencia de sus súbditos.


Ninguna legislación podría por sí misma hacer desaparecer los temores, los prejuicios, las actitudes de soberbia y de egoísmo que obstaculizan el establecimiento de sociedades verdaderamente fraternas. Estos comportamientos sólo cesan con la caridad que ve en cada hombre un "prójimo", un hermano.


Al venir al mundo, el hombre no dispone de todo lo que es necesario para el desarrollo de su vida corporal y espiritual. Necesita de los demás. Ciertamente hay diferencias entre los hombres por lo que se refiere a la edad, a las capacidades físicas, a las aptitudes intelectuales o morales, a las circunstancias de que cada uno se pudo beneficiar, a la distribución de las riquezas. Los "talentos" no están distribuidos por igual.


Las diferencias alientan y con frecuencia obligan a las personas a la magnanimidad, a la benevolencia y a la comunicación. Incitan a las culturas a enriquecerse unas a otras.


Existen también desigualdades escandalosas que afectan a millones de hombres y mujeres. Están en abierta contradicción con el evangelio: La igual dignidad de las personas exige que se llegue a una situación de vida más humana y más justa. Pues las excesivas desigualdades económicas y sociales entre los miembros o los pueblos de una única familia humana resultan escandalosas y se oponen a la justicia social, a la equidad, a la dignidad de la persona humana y también a la paz social e internacional.


El principio de solidaridad, enunciado también con el nombre de "amistad" o "caridad social", es una exigencia directa de la fraternidad humana y cristiana. La solidaridad se manifiesta en primer lugar en la distribución de bienes y la remuneración del trabajo. Supone también el esfuerzo en favor de un orden social más justo en el que las tensiones puedan ser mejor resueltas, y donde los conflictos encuentren más fácilmente su salida negociada.


Los problemas socio-económicos sólo pueden ser resueltos con la ayuda de todas las formas de solidaridad: solidaridad de los pobres entre sí, de los ricos y los pobres, de los trabajadores entre sí, de los empresarios y los empleados, solidaridad entre las naciones y entre los pueblos. La solidaridad internacional es una exigencia del orden moral. En buena medida, la paz del mundo depende de ella.


 (1)  ámbito.com, 24-8-2023


(2)  Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, pp. 201, 202.


(3) Fratelli tutti, 2020, p. 168.


(4) Catecismo de la Iglesia Católica