EL TESTAMENTO DE SAN MARTÍN
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Extracto
del trabajo “El Testamento de José de San Martín” de Norberto
Jorge Chiviló, publicado en la revista “El Restaurador” en el
número de Marzo de 2014.
El
testamento redactado por San Martín, cuando este contaba con 67
años, es un testamento ológrafo, y fue escrito al frente y
al dorso en papel sellado (1) como se aprecia en el ángulo superior
izquierdo (TIMBRE ROYAL) del mismo.
El
testamento consta de 52 renglones, renglones, 29 al frente y 23 al
dorso, incluidas las firmas.
Tiene
un encabezamiento "presentación", siete cláusulas y un
"artículo adicional". En el encabezamiento o
presentación, San Martín se declara como persona creyente, al decir
en la frase inicial: "En el Nombre de Dios todo Poderoso a
quien conozco como Hacedor del Universo".
Acto
seguido enuncia sus títulos y declara ser "Generalísimo de
la Republica del Perú, y Fundador de su libertad, Capitán General
de la de Chile, y Brigadier General de la Confederación Argentina".
Destaco que declare ser "Brigadier General de la
Confederación Argentina" y esto tiene importancia por el
análisis que haré más adelante.
Por
último y antes de establecer las cláusulas testamentarias,
manifiesta cual es el motivo de la redacción
del testamento cuando dice: "qe. visto el mal estado de mi
salud, declaro por el presente Testamento
lo siguiente". No obstante lo expresado, San Martín,
sobrevivirá seis años y medio más a su testamento.
En
la primera cláusula, instituye como universal heredera de todos sus
bienes a su única hija Mercedes Tomasa ("dejo pr. mi
absoluta Heredera de mis bienes, havidos y por haver a mi única Hija
Mercedes de Sn. Martín actualmente casada con Mariano Balcarce"),
a quien manda en la segunda, que abone una pensión anual de 1000
francos a su hermana María Elena -tía de Mercedes- y a la muerte de
ésta una pensión anual de 250 francos a su hija Petronila -prima de
Mercedes- y hasta su fallecimiento, confiando en que su hija Mercedes
y sus herederos cumplirían esta su voluntad.
Recordamos
que a la fecha de la confección del testamento, San Martín, era
viudo ya que su esposa había fallecido muchos años antes y su única
hija era su universal heredera. En la tercera cláusula, que desde el
punto de vista histórico es la más importante, establece un
legado con respecto a su sable (2) que lo acompañó durante toda la
gesta libertadora, disponiendo que "le será entregado
al General dela Republica Argentina Dn. Juan Manuel de Rosas",
dando el motivo que lo impulsó a hacerlo: "como una prueba de
la satisfacion, qe. como Argentino he tenido al ver la firmeza con
qe. ha sostenido el honor de la Republica contra las injustas
pretenciones de los Extranjeros qe. tratában de Umillarla".
En la cuarta, prohíbe se le haga ningún tipo de funeral, ya que
pide se lo conduzca directamente al cementerio sin ningún
acompañamiento. La sencillez y la humildad del Libertador demostrada
en innumerables actos durante toda su vida se ponen de manifiesto
también en esta disposición de última voluntad, pero sí expresa
su deseo: "que mi Corazón fuese Depositado en el de Buenos
Ayres".
Asimismo
en la cláusula siguiente declara no tener ningún tipo de deudas. En
la sexta de carácter familiar, se refiere a su hija, nietas y yerno.
Manifiesta que sus anhelos han sido siempre lograr el bien
de su hija y que se ha visto correspondido por ella ya que lo ha
hecho feliz en su vejez. La insta al cuidado y contracción hacia sus
nietas "si es que asu vez quiere tener la misma feliz suerte qe. yo
he tenido". Igual encargo hace a su yerno -Mariano Severo
Balcarce-, destacando la honradez y su hombría de bien "lo que
me me garantiza continuara haciendo la felicidad de mi Hija y
Nietas".
Por
último y antes de la firma y como habitualmente se hace en estos
casos, declara nulo y sin ningún valor, todo otro testamento que
hubiera redactado con anterioridad.
Después
de firmado el documento, lo reabre con un "artículo adiccional"
disponiendo "...que el Estandarte que el bravo Español Dn.
Franco. Pizarro tremoló en la conquista del Perú sea devuelto a
esta República...". (...)
La
cláusula tercera, el legado del sable corvo.
Para
un militar, en este caso San Martín, no hay elemento más importante
que su espada, o en este caso el sable corvo libertador. Ese sable
que el futuro Libertador de media América, adquirió en Londres
en el año 1811, antes de embarcarse para América, que lo
acompañó en toda su campaña militar (4), y que después ya
exiliado, estuvo colgado en su habitación, tenía para el prócer un
destinatario según manifestara en una carta escrita en 1835:
"...mi sable corvo, que me ha servido en todas mis campañas de
América, y servirá para un nietecito, si es que lo tengo",
pero después vinieron los acontecimientos de la agresión francesa y
entonces, no dudó y lo legó definitivamente a Juan Manuel de Rosas
"...al ver la firmeza con qe. ha sostenido el honor de la
Republica contra las injustas pretenciones de los Extranjeros qe.
tratában de Umillarla". El legado está evidentemente
ligado al conflicto bélico que la Confederación Argentina había
tenido con Francia -segunda potencia mundial en aquél entonces- con
motivo del primer bloqueo establecido por la flota al mando del
almirante Louis Leblanc, en marzo de 1838. Francia, quería
reverdecer sus alicaídos laureles y para ello nada mejor que
encontrar un país "débil", como erróneamente consideró
a la Confederación Argentina, que accediera a todas sus demandas.
Conocido
por el Libertador -residente en Grand Bourg, Francia- el
establecimiento de ese bloqueo en el Río de la Plata y la iniciación
del conflicto, lo indignó y considerando que ello importaba una
amenaza a la independencia de nuestro país, le mandó una carta a
Rosas el 5 de agosto de 1838, poniéndose a disposición y
ofreciéndole sus servicios, iniciándose así un interesante
intercambio epistolar entre ambos personajes que se truncó con su
muerte ocurrida el 17 de agosto de 1850.
El
Restaurador, teniendo en cuenta seguramente la edad de San Martín,
le contestará a ese ofrecimiento, que podría prestar mejores
servicios encontrándose en Europa -oficiando como virtual
diplomático de la Confederación-, como efectivamente los prestaría
en el futuro. En la segunda carta que San Martín le remitió al
Restaurador, fechada el 10 de junio de 1839, emitió un juicio
categórico y lapidario, contra quienes -como los unitarios- se
habían aliado al extranjero, expresando: "pero lo que no
puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu
de partido se unan al extranjero para humillar su patria y reducirla
a una condición peor que la que sufríamos en tiempo de la
dominación española; una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer
desaparecer..." (El texto completo de estas cartas fueron
reproducidas en revista El Restaurador N° 6).
La
actitud valiente y enérgica del gobernante argentino, que no solo no
se dejó amedrentar por la actitud de Francia, sino que hizo frente a
la injusta agresión hacia nuestra joven Nación, pese a la
desproporción de medios que existía a favor de los galos -quienes
poseían medios ilimitados propios de una gran potencia- y que con
mano firme también venció las conspiraciones internas que se le
opusieron, como el caso del levantamiento de los hacendados del sur
de la provincia - entre otras-, y la invasión del ejército auxiliar
de los franceses al mando del general Juan Lavalle, de seguro
conmovieron el corazón y los sentimientos patrióticos del
Libertador de media América.
Un
poco menos de tres años atrás de la redacción del testamento,
había concluido con la firma del tratado Arana -Mackau el 29 de
octubre de 1840 la guerra franco-argentina, que se había iniciado a
fines de marzo del 38.
El
honor nacional no solo no sufrió menoscabo por esa contienda, sino
que salió fortalecido por la firma de ese tratado con cláusulas más
que honrosas para la Confederación (ER N° 17), pues en realidad
significó la capitulación de Francia frente a un pequeño país
sudamericano. Rosas pasó así a ser conocido como el gran defensor
de la independencia no solo argentina, sino americana. Fue el
desarrollo de ese conflicto y de su conclusión en la forma honrosa y
favorable a los intereses de nuestra Patria, lo que motivó a San
Martín al establecer ese legado.
Pero
también debemos decir que siempre fue admirador y apoyó el proceder
político de Rosas, ya que éste fue el "brazo vigoroso"
que la Patria necesitaba en aquellos momentos al parecer de San
Martín, cuando la anarquía y el desorden parecía que iban a
adueñarse del país (ER N° 11). Esa adhesión de San Martín a la
política de Rosas, nunca decreció y siempre lo puso de manifiesto
no solo en su correspondencia con el Restaurador -a quien colmó de
elogios en varias oportunidades- sino también con otros personajes
de la época como Tomás Guido y Bernardo O'Higgins.
También
es de destacar que San Martín cuando en el encabezamiento del
testamento, enuncia sus títulos y se declara con el grado militar de
"Brigadier General de la Confederación Argentina",
era porque se consideraba verdaderamente un soldado de la
Confederación, con toda las implicancias que eso conllevaba y se
identificaba plenamente con la Confederación de la cual Rosas era
creador y principal figura inspiradora y motora.
Toda
esa actuación patriótica del Restaurador lo decidieron a legarle su
sable, como un merecido y mayor homenaje, que pudo hacer a un
contemporáneo.
El
escritor Ricardo Rojas, quien no es afecto a la figura de Rosas, en
El Santo de la Espada reconoce que "San Martín lega, pues su
sable no al gobernador de Buenos Aires, sino al gestor internacional
de la Confederación que ha defendido la integridad del territorio
patrio, o sea la independencia que San Martín fundara con aquel
sable".
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Fuentes:
Doallo, Beatriz Celina. "El exilio del
Restaurador", Ediciones Fabro, Buenos
Aires, 2012.
Font Ezcurra, Ricardo. "San Martín y
Rosas". Editorial Juan Manuel de Rosas,
Bs. As., 1965.
Gras, Mario Cesar. "Rosas y Urquiza.
Sus relaciones después de Caseros". Bs.
As., 1948.
Gras, Mario Cesar. "San Martín y
Rosas. Una amistad histórica" con Noticia
preliminar de Ramón Doll, Bs. As., 1948.
Ramallo, Jorge María. "El Sable de San
Martín", Revista del Instituto de
Investigaciones Históricas Juan Manuel de
Rosas N° 20 del segundo semestre de
1959.
Saldías, Adolfo. "Historia de la
Confederación Argentina", Edit. Oriente,
Bs. As., 1975.
Sulé Tonelli, Jorge. "La coherencia
política de San Martín", Ediciones Fabro,
2007.
Villegas Basavilbaso, Benjamín.
"Significación moral del testamento de
San Martín", Revista del Instituto Juan
Manuel de Rosas de Investigaciones
Históricas N° 6 de diciembre de 1940.